El Facebook no es la primera red social que surgió
por la necesidad que tienen los hombres y mujeres de relacionarse y conocerse.
Ni siquiera es la primera red social electrónica.
De hecho, no
sorprende que el Facebook haya nacido precisamente en una universidad o centro
educativo, donde la exploración del entorno y de los otros es necesaria para el
conocimiento individual y social que exige una carrera universitaria y un éxito
eventual.
Hace no muchos años, quizás unas tres décadas, un juego infantil y juvenil se
practicaba en los centros educativos, conocido como el “Vinazo”, y consistía en
hacer un álbum o cuaderno en el que los participantes contestaban preguntas que
iban desde lo simple como “¿cuál es tu color favorito?” hasta otras más invasivas
o complicadas como “¿cuál es tu hombre (o mujer) ideal?”
Estas preguntas quizás inocentes y propias de
unos compañeros deseosos de conocer mejor a quienes compartían con ellos casi
la mitad de su tiempo de vida, podían configurar un cuadro interesante sobre
una persona, aunque tanto ayer, como hoy, la honestidad en las respuestas no
siempre fue la regla en esta “primitiva” red social del colegio.
Incluso, con el tiempo, muchas de estas
respuestas –el cuaderno era guardado con cariño maternal por algunas damas-
eran cotejadas luego para medir la consecuencia de los personajes. Las
incoherencias podían salir a flote y revelaban la verdadera personalidad de
cada quien.
Mark Elliot Zuckerberg,
creador del Facebook,
sencillamente tuvo la “genialidad” –posiblemente inconexa con el famoso Vinazo-
de llevar este juego a su versión electrónica, con nuevas posibilidades, como
escribir estados, incluir fotos, videos y otros que permite la tecnología del
Internet. Y lo más seguro es que Zuckerberg nunca tuvo conocimiento de la
existencia de este juego de nuestras cortas edades, quizás ni siquiera en
Estados Unidos existe este juego, lo que demuestra que las necesidades humanas básicas son universales, sin importar particularidades y, en este caso, la comunicación
es consustancial a los seres más inteligentes del planeta Tierra, tanto así
como la misma necesidad de relacionarse, ya sea mediante el lenguaje (por la
palabra, musical, artístico…), por el sexo y el afecto, y el amor.
Pero también me parece
justo mencionar otra red social que fue precedente al Facebook: el HI5. Esta
red nació más como una red de contactos para hacer relaciones amorosas, es
decir, el HI5 era en esencia más un “vinazo”, pero un vinazo del amor. Durante
un tiempo, quizás un par de años, tuvo su auge e introdujo algunas cosas que
luego el Facebook también copiaría, como la posibilidad de subir fotos, hacer
grupos y hacer preguntas personales sobre gustos, estado civil y afines. Con la
entrada de la criatura de Zuckerberg y sus socios al mercado y su mayor dinámica
diaria, el HI5 pasó a un plano decadente y se convirtió en una red de citas,
sexo y otras especies.
El Twitter, en cambio, representa otra modalidad de red social, más nacida por la premura y la síntesis con la que se supone, el mundo se mueve. No obstante, los tuiteros se convirtieron en legión y muchos de ellos hicieron sus parejas y relaciones de amistad en esta red social. No es una red para conocer a alguien, no nace para ello, aunque haya servido con ese propósito.
Por
último, que este ejemplo le sirva para hacer esta reflexión: nada es ridículo
en la vida y todo puede ser el inicio de una gran idea. Darle a los seres
humanos lo que desde pequeños han deseado y requieren por su propia naturaleza,
puede convertirse en un gran invento, innovador, en otro contexto social y
cultural.