miércoles, 26 de noviembre de 2008

Gina (poema)

GINA
Sostuve sus ojos alucinados
en el libro suspensivo
del amor para mañana
Palpé su vagina sediciosa
derritiéndose
en una lluvia de transparencias
que vienen desde la calle
acercándose
fingiéndose estar desvestida
en los labios de mi piel.
La dejé dormir
en el libro suspensivo
del amor para mañana.
Ansié pintar sus pezones de tierra
con mis rosados
en la lengua extensa
que se propone verbo
de relieves nuestros como el abrazo
que se despierta aborigen
en el fonema del alma que es la piel*.
Y se levantó entregada
en el libro suspensivo
del amor para cualquier día.
II
Me palpé femenino en sus reproches
de un mestizaje volcánico,
lleno de papeles en espera.
Y se dejó caer entregada
en su malinche sin culpa ni remordimiento
porque no hay Malinche solo odio.
Y el libro suspensivo se gastó
de fronteras y etnias
cuando sus ojos volvieron al barro
que restregaba con mis dedos.
Y otra vez se dejó como Biriteca
en la arcilla de la verdad que permanece
y no se gasta
ni siquiera en los colores
ni las pertenencias que se inventaron
los cobardes sin aire ni agua.
Y se quedó entregada
solo para hacerme saber
lo que nunca podré.
III
Tiene el nombre perfecto
para desparramar el sueño,
una ancha miseria de soberbias
y la savia que se fuma en el diverso manglar
que siempre nos oculta.
Y palpó discurriendo
el pelaje de la rabia que contengo
que no sabe decirse ni callar,
que la llena de torrentes de lava
aunque suene a postales de mentira.
Y pinté sus pezones de tierra
en el justo momento en que ella
se hizo iguana
transversal del tronco mío
que estuvo entregado desde el principio.
IV
Bartolomé de las Casas sin sotana
henchido de Garabeet
armado de sábila tan pero tan verde
tan púlpito de barro en la ribera
tan elíxir
sostenido en el brazo del palenque.
Tan envidioso de mí,
ahora que puede reencarnarse en mí
y tocarla.
Y yo tan envidioso
de su entrega
aunque sea para mí.

domingo, 23 de noviembre de 2008

La muerte del amor y temas afines (ensayo)

Este es el segundo capítulo de un libro en proceso sobre La muerte del amor. Ese es el título provisional. A ver si está de acuerdo conmigo:

2. Entre feminismo y machismo hay culpas compartidas

Partimos de la premisa fundamental de que el feminismo contemporáneo está terriblemente equivocado, tanto como el machismo lo estuvo en la época del patriarcalismo. Establecemos que la igualdad de géneros es una ficción en la realidad y que en una etapa de transición como la actual, se generan muchas ideas torpes y confusas que traen como consecuencia una reiterada y creciente dificultad para establecer relaciones afectuosas y amorosas entre personas de diferente sexo, es decir, que tanto el machismo como el feminismo como son entendidos en la actualidad son culpables de desunir, de crear inseguridad y fracasos hasta el hastío en las relaciones heterosexuales.
El otro componente que afecta también es el creciente y usurpador materialismo de las nuevas generaciones, los conceptos de competencia, eficiencia y propiedad.
Para nadie es un secreto que el aumento de divorcios día con día es proporcionalmente inverso a la disminución de matrimonios. Para nadie es un secreto que las relaciones de pareja duraderas son una especie en extinción, ya lo diremos y analizaremos más adelante. Por ahora es preciso reconocer que hay un problema grave, de carencia no solo de valores relacionados con el concepto romántico del amor, sino con los conceptos de individualidad y materialismo ligados a la visión de mundo contemporánea que se esparce tanto en el feminismo como en el machismo.
También sabemos que el machismo otrora ligado a conceptos patriarcales fue y ha sido tremendamente destructivo de relaciones de pareja sanas, aunque se le debe reconocer que las hacía duraderas, en claro perjuicio de las mujeres, madres e hijas. También sabemos que fueron las mujeres quienes reprodujeron esa “enseñanza” machista en las mismas mujeres, fueron víctimas y cómplices como bien lo comprueba Yadira Calvo en su libro mayor (Calvo Yadira, ECR).
Lo que nos toca ahora es reconocer que el feminismo está construyendo y difuminando un estado de cosas que conduce a una situación igual o peor a la anterior. El feminismo está viendo el tema como una confrontación y ahí está el germen de su gran error. Plantear las relaciones de género como una disputa entre hombres y mujeres lleva al círculo vicioso de la violencia y la disputa, lo que sin duda no podrá generar nada positivo de las relaciones heterosexuales. Ni de cualquier relación entre seres humanos.
Las mujeres han aprendido muy bien la “enseñanza” de ese feminismo falso y ahora ven a los hombres como victimarios por definición, amenazas y enemigos a vencer, antes de que ellos sean los vencedores. El problema es que al final ambos son perdedores. El hombre (y la mujer) se convierte en un enemigo necesario, como dice una canción “No puedo vivir con ella, pero sin ella tampoco”.
El hombre se convierte en lo cotidiano en una criatura necesaria para la convivencia, para tener compañía, sexualidad, protección y, con más fuerza en la actualidad, un proveedor de beneficios materiales o aparenciales. Del hombre, la mujer ahora quiere obtener lo que le conviene y no necesariamente hablamos de amor, afecto o compañía en el sentido romántico o incluso en el sentido del honor y los valores ligados. Si el hombre es rico tendrá su mayor “plus” para ser codiciado. Y seamos francos, pero en la mayoría de mentes femeninas heterosexuales ese concepto materialista, interesado, tiene un peso muy importante, sino el más importante.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Más poemas para compartir...

MÁS POEMAS PARA COMPARTIR...

El juego al descubierto
Si no fuera divertido
no besaría los tactos sin hacerlo

no pediría más con los ojos,
me inhibiría de incluirte en la antesala

que me hice para los olvidos.

Me reiría más de mí mismo
cuando te enfrente

y no quiera vociferar que te odio
aunque los países estén pintados en tu rostro.

Si no fuera divertido
engañarte

tendría que perder la visa y el pasaporte
hacia la ciénaga de los sueños

y entonces, como se me hace usual,
terminar por engañarme.

Tendría que escribir otro poema cursi
para saciar mis ganas de no creer

para que al final de cada esquina aburrida
al menos pueda transitar inerme,
giñándole a una ocurrencia

para que se me convierta en estrategia

y engañarte,
para que no podamos engañarnos juntos

pretendiendo que destejemos
en esas otras camas que nos cobijan
el frío de las ambiciones.

Si no fuera divertido

el juego
los niños no sabrían reírse de nosotros

y los mapas tendrían sangre en lugar de lagos. (10/01/08)

De viaje

Hoy es día de un viaje
hacia sonrisas imprevistas,
de levantarse temprano con ganas de aire

y creer menos en las noches de la ciudad.

Que mi corazón ya no fume
de la tristeza fósil de las paredes
que siguen muertas aunque les ponga palabras
y arte que siempre se ensucia
en mis manos.

Es día de abrir puertas en otros ojos
y dejarse acompañar de la luna
solo para darle futuro.

De tocar la piel y la superficie del mar
como a una hoja verde y húmeda
y rodar por la colina
como se deslizan los dedos
sobre senos temblorosos que no saben mentir.

Es hora de ser un poco iluso
para silenciar al mundo que agobia
lo que nos va quedando…

Acertijo para la sugerencia

Se trata de robarle un atrevimiento
a la luz
un pezón al suspiro
un cielo al encuadre oscuro de tus ojos.

Se encuentra en la ironía
que llueve cada tarde
cuando caminas por el acento
de la palabra patético.

Duele en el borde de la pared
si la sostienes
después de las cervezas exhaustas
y la arrinconas con la sed
del vaho somnoliento
que se muere.

Duele casi siempre
porque es sugerencia de la reencarnación
imposible,
porque es el maldito tiempo
en el claustro de otro verso gastado.

Se asoma cuando no estás
si nunca la terminaste
dentro de la piel.

Es la bella maldita que parece mujer
cuando no la tienes,
es el músculo que se reinventa
en el dolor de la rutina
para modelarse en cualquier reflejo.

Tiene límites como los países
pero tampoco los entiende
ni los ocupa
y vive en rebeldía
para emanciparse de sí misma.

La maldices cuando duele,
la admiras cuando se luce en otros ojos.

Siempre anda buscando otra imagen
para entretener la muerte
tanto como se quiera.

Puede ser otra fotografía...

Noviembre 2007.

Una peste sin nombre

Para Syany, agotando las palabras que no escuchaste.

Hay algo con el amor
que huele a peste
y tiene lágrimas dulces
desde que se inventó el placer en la sal
y se mira en los lugares
que reinciden.

No necesita una noche más.
Solo se sostiene del semen imperecedero
que sigue llevando al viento,
cada vez que se desprende
del maldito recuerdo.

Los ojos se quedan inmunes
en su cansada búsqueda
de las colinas más bellas.

Se alimenta de resacas
que duermen
y no quieren respirar,
de la palabra en su juego de poesía

y se alimenta del asco
después de la traición.

Hay una peste incólume
en cada caño del amanecer
en las películas con finales felices
en la ironía febril
del amor que permanece en las llagas
y resiste,
en las monedas brillantes
que lleva una mujer en su mano
al tocarte.

El amor de repente
se ahogó en juego, en la polis del miedo,
en la estrategia del que menos siente.

Hay algo con el amor
que huele a peste.

No le pongamos nombre para que viva
y al menos hieda menos.
Abril, 2007.

No me conozcas

No me conozcas.

Quiero evitarte las escaleras
las poses de mujer en columnas
y uno que otro cielo...

Quiero sentarme y abrir los relajos
no escucharte en los ocasos
y palpar la ciudad
que te calla y te sostiene.

Quizás nos dé hambre,
panes piel sobre las aguas,
sin tu cama
y sin mis sábanas.

Habrá fenecido la noche panfletaria
y nos habremos salvado de herirnos.

Quiero

Quiero que no estés aquí
ni me hables de más.

Quiero que seas una imagen
una brasa
que me silencie dos horas.

Que me asustes con el adiós,
ese perenne artificio de los vivos
que mueren sosteniendo el miedo.

Que no estés cuando llegue,
ni faltes cuando me despido.

Quiero decirte adiós,
sólo eso.

(Para que no seas tú quien lo diga
cuando yo anhele abrir tus ropas).

jueves, 8 de mayo de 2008

Un poema para empezar

En este blog pondré de todo un poco, poesía, relato breve, ensayos breves, artículos de opinión y hasta anuncios. En esta ocasión, para empezar la historia de esta criatura, les obsequio un poema que escribí hace días, a una hora parecida a la que en este momento destino para abrir esta página vacía que, no me queda duda, pronto estará destilando palabras. Entonces un poema a las cinco de la mañana:

Un poema a las 5 am

Qué se necesita para escribir un poema
a las cinco de la mañana
sin dormir abrazado ni tener el regazo de unos ojos al amanecer
entre la penumbra
y la ilusión de una luz por la ventana
deshilándose para llegar.

¿Acaso el hueco de una esperanza
en el tímpano
cada vez que se anuncian unos yigüirros
y te permites estirar el músculo de la fe,
ciega profeta que discurre tácita
entre las venas y el alma?

¿Cuándo puedes dejarlo irse solo
al bendito poema de las cinco
para que diseñe su propio aire
en la bocanada de tantas palabras
que se olvidan
cuando las quieres escribir?

¿Será que necesitas
solamente estar despierto?