Tengo algunos libros que considero reliquias y son parte de mis joyas literarias. La más querida de ellas es una que no tiene comparación. Se trata de una edición mecanografíada, la original y la primera, del cuento de José León Sánchez, El poeta, el niño y el río, que fue publicada desde la cárcel de Heredia en octubre de 1964, donde estaba el escritor. Esta obra ganó el primer premio de los juegos florales de 1963 de la Editorial Costa Rica y la Asociación de Autores. Está basada en una historia del poeta Rogelio Sotela.
El cuento forma un pequeño librito, que yo tengo encuadernado con tapa gruesa para protegerlo, y que contiene unas 150 palabras por página solamente de un lado, para un total de 55 páginas. Al final el autor, quien también escribe un pequeño prólogo en el que menciona el Diario de Ana Frank, agradece a Jorge Flores y Pedro Rodríguez en la poligrafía. El cuento fue mecanografiado por la profesora del Liceo José Martí, de Puntarenas, Srta. Ligia Álvarez.
Dato curioso es el agradecimiento que hace a don Antonio Lehmann por el préstamo, sin fiador y con 100 años para pagar, del material para hacer los libros; a él agradece, pero también a los diputados de la Asamblea Legislativa.
El librito es parte de una serie que el autor denominara "El caminante" y es el número 3. Lo interesante es que ya el autor menciona obras publicadas: Poemas, La isla de los hombres solos (que lo haría famoso en el mundo), La niña que vino de la luna, Cachito de Luna y Una guitarra para José de Jesús. Y además menciona como inéditas a Río Sucio, La hacienda sí calla, Glosario del hampa en Costa Rica (ensayo) y en ese momento estaba escribiendo la novela Mi corazón está en el valle. De todas ellas, La isla de los hombres solos, Río Sucio y la que está escribiendo, son novelas, los demás son cuentos.
Otro dato de este librito es que al principio incluye opiniones sobre su obra, entre las que destacan la de Juan Bosh, siendo Presidente de República Dominicana, Moisés Vincenzi, Arturo Agüero, el mismísimo José Figueres Ferrer, Alberto Cañas, Lilia Ramos siendo Presidenta de la Editorial Costa Rica, el gran poeta Isaac Felipe Azofeifa y Guido Fernández, entre otros.
Les comparto, para empezar, el prólogo que escribe don José León. Espero, más adelante, irles compartiendo el cuento en partes; espero don José León me lo permita.
"Cuando se tiene un futuro donde no se vislumbra siquiera la huella de una esperanza, es amable conversar de las cosas que han pasado.
Hace pocos días un compañero pescó un delfín. Es un animal que cuando se siente fuera del agua llora como lo hace un niño. Entonces compré la pesca al compañero y lo lancé de nuevo al mar.
Algo similar quisiera hacer con los recuerdos llorones de ayer. Pero tendría también que lanzar las memorias alegres.
Cuando se vive en una situación extraña como esta que yo tengo, el pasado encierra algunas cosas buenas. Es un tiempo que siempre fue mejor.
Anne Frank, en su diario, dice que la vida es hermosa, la gente al fin y al cabo es buena, y en el mundo se puede encontrar infinita belleza. Son hermosas esas manifestaciones emanadas de una niña reclusa cuyo solo crimen fue tener un nombre judío.
Hoy, al añorar al ayer que se me ha ido, es grato dedicar este cuento a la memoria del gran poeta costarricense Rogelio Sotela. Era un hombre que tenía fuego en el alma. Es lo que distingue al genio del simple y al simple del simplón."
José León S. (así firmó)
El cuento empieza así:
"Cuando era un niño había tres cosas que me inspiraban mucho miedo: la escuela, el inspector de escuelas y el Diablo..."
Por ahora, me meto por este huequito, que aquí me hago chiquito, para irme contentito...
Si desea leer el cuento completo, lo puedo conseguir en el libro "A la izquierda del sol", una colección de cuentos de José León Sánchez publicada por la EUCR en el año 2013, está disponible en librerías.
Si desea leer el cuento completo, lo puedo conseguir en el libro "A la izquierda del sol", una colección de cuentos de José León Sánchez publicada por la EUCR en el año 2013, está disponible en librerías.