viernes, 10 de junio de 2011

Figurines, alegrijes y soberbios: escritores e idiosincrasia...

Parece que así ha sido siempre y parece que así lo será en adelante. Entre los gremios, en particular el de los escritores, se juegan las cartas, como si se tratara de abogados haciendo estrategias e hipocresías en el juego de lograr el fin último. El choteo, el serrucha piso y el mal intencionado somos todos y ninguno, nadie lo hace pero todos participan; parece un sin sentido, pero no lo es. Veamos. Hay varios tipos de escritores en Costa Rica:
1. El escritor con poder, de una generación anterior, que reclama ese poder ante los nuevos pujantes del poder. El que vocifera contra la insolencia de los nuevos, que pretende ganarlo todo sin esfuerzo.
2. El escritor sin poder, que vocifera contra el oficialismo, que puede ser de una generación anterior, o de la actual, pero que puja y escupe contra quienes tienen el poder; pero apenas ellos lo tienen, se hacen los locos.
3. El escritor que nunca tuvo poder, ni antes ni ahora, que puja en gremios distintos, en espacios distintos, que se aleja de la maraña de la lucha del poder, y se concentra en promover su obra donde pueda, como pueda.
4. El que aún teniendo poder, es lo suficientemente inteligente como para no dejarse embarrar en las vociferaciones de la lucha de poder, le sonríe a todo el mundo, se hace el de la vista gorda, es simpático y cuidadoso en sus expresiones, y maneja las amistades que tengan poder, mientras lo tengan.
5. Igual que el anterior (el 4), pero sin poder. Este tipo espera que el poder le llegue en algún momento, o simplemente no lo quiere, vive a la sombra de él. Eso sí, cuando tiene que defender sus derechos adquiridos, como amistades que les publiquen, son buenos para el serrucha piso disimulado y fino.

Normalmente, los escritores transitan entre un tipo y otro dependiendo de la época de la vida en la que estén.

En la actualidad, en Costa Rica se puede definir con claridad al menos dos grupos enfrentados que pretenden predominar: los nuevos underground cuyos temas preferidos son la muerte, la tragicomedia de la vida, la mierda que "adorna" todo, son el primer grupo, al que pertenecen mayormente gente nueva "liderada" por aquellos que en el pasado no tenían poder y ahora lo arriman con nuevas aguas para su cauce. El otro grupo viene de los que ya habían realizado un trabajo importante apropiándose del poder, que ganaban premios nacionales, de las editoriales y universidades, y que ahora se ven amenazados por estos nuevos grupos, y tienen que enfrentarlos.

Sea como sea, al final de cuentas todo es una lucha de poder, pero el que nadie acepta querer. Cuando conversás con unos y otros es claro: todos hablan igual, todos persiguen lo mismo. Por supuesto que vos sabés que se les puede creer más a unos que a otros.

Por ejemplo, un día de estos una persona X me dijo, sin saber cómo anda la cosa, que un crítico "B" le había dicho que un directivo de la ECR "C" había boicoteado, junto con una amiguísima de él "D", la lucha contra la nueva ley de premios nacionales. Me asombré, porque sé que no hay amistad (ni puntos comunes) entre C y D, no para pretender desarticular, intencionalmente, la lucha en la que C y D, por separado, han sacrificado cosas. El crítico B había inventado la conspiración alevosamente para dejar en mal a los otros, lo curioso es que el señor B es un beneficiario de las publicaciones de la ECR. ¿Por qué dañar al directivo C, si su trabajo me está beneficiando? Sencillo: para quitarlo del poder mediante la presión, mejor conocido como el típico serrucha pisos, y asumir esa cuota de poder por él mismo, o un amigo cercano.

Otro ejemplo que siempre cuento es el de un escritor que, llamándose amigo mío, me dijo que mi novela era deficiente, que él ya la había leído y le iba a hacer una reseña. El único problema es que la novela no había salido a la venta y solamente la teníamos en nuestras manos 3 personas: el editor, una persona que haría la reseña (la tuvo 2 días en su poder, apenas si pudo leerla él) y yo. En Costa Rica hacemos crítica sin leer.

Hoy un jurado de un premio importante me dijo, a viva voz, que él no sabe quién ganará el premio, pero sí sabe quién o quiénes NO lo ganarán. ¿Así o más claro?

¿Y por qué Debrús se pone a divulgar estas situaciones? Quizás porque entonces yo les esté serruchando el piso a quienes actúan así... ¿Que donde incluimos a Debrús en esos grupos? No lo sé, se lo dejo a usted, eso sí, no se ocurra excluirme de ninguno.

Ahora bien, ¿por qué los escritores se ven enfrascados en estos juegos? Tengo dos teorías: la miseria económica que significa ser escritor nos lleva a ser más furibundos y maquiavélicos en nuestro accionar, conseguir y defender la parcela de aire (sí, parafraseo a Debravo) es una lucha encarnizada. Mi otra teoría tiene que ver con la idiosincrasia tica, porque así somos los costarricenses; así lo han escrito y resuelto muchos grandes: somos choteadores, serrucha pisos, aldeanos, sectarios y envidiosos.

Por eso no es de extrañar que estos días recordemos a Yolanda Oreamuno, pensemos en Chavela Vargas, en José León Sánchez y en Eunice Odio, las que de pronto se convierten en entidades de reivindicación literarias y artísticas del país. Todas ellas auto exiliadas, todas ellas y ellos alguna vez resentidos con Costa Rica. La legión de los cuatro grandes, de los que superaron la prueba del tiempo. Sergio Ramírez ya hizo famosa a Yolanda en Hispanoamérica, Chavela ya lo es desde hace rato, al igual que José León Sánchez. Ya vendrá mi novela, o la de alguien más, sobre Eunice Odio.

Como sea, ser escritor costarricense sigue llevando su lastre, su estigma, y quizás la única salida está en abrir nuevas puertas, en generar nuevos espacios; como proyectarse en los libros electrónicos y no entrar a los juegos de poder para publicar libros que nadie compra y nadie quiere vender, quizás lo mejor sea salir del país y hacer vida en otros lares... Usted dirá.

8 comentarios:

Luissiana Naranjo dijo...

uyyy sí, los más terribles son los -nuevos- que han peleado contra el poder y cuando lo tienen empujan a codazos a cualquiera, se vuelven clasistas, ciegos a otros y con lengua traductora de todopoderosos. O los término medio, que generacio ...nalmente dicen: todavía no es tu turno. O los que de ninguna manera calzan en ningún lado y se quedan perdidos. Y así podríamos seguir... la clasificación podría ampliarse, sin duda, porque hay prototipos por doquier, muy acertado la mayoría de los puntos. Mi conciencia me repite(si puedes): lucha y siga insistiendo por el #3.

Rodolfo dijo...

Totalmente maquiavélico el escenario descrito, espero que no sea más que la descripción de algún grupo reducido y no la generalidad del ambiente.

Benedicto Víquez Guzmán dijo...

Una buena radiografía del gremio sectarizado, ¿Me pregunto qué tendrá eso que ver con la literatura? ¿Qué lástima pero es una realidad. Má parece un reflejo social del costarricense seudointelectual.

Guillermo Fernández A. dijo...

Benedicto toca el punto: este fenómeno no tiene nada que ver con la literatura. Algunos lo llaman canibalismo literario. Pero no solo existe aquí.

Leda García dijo...

Así es Guillermo, el uso indiscriminado de ETIQUETAS DESTRUCTIVAS (mal poeta, mal escritor, mal cantante, mal músico, mal pintor etc etc, nos convierte a todos en jueces implacables. Mala práctica sin duda

David Lago González dijo...

Parece que en todo el mundo es la misma mierda. No hay cómo escapar a la mediocridad.

Germán Hernández dijo...

En general siento que describes la condición humana, en todo tiempo y lugar...

Pero también hay parcelas de virtud en la condición humana.

Geovanny Debrús Jiménez dijo...

Sí, es la condición humana, y también tiene facetas de virtud. Gracias a todos por compartir.

Don David, un saludo desde este lado del charco, gracias por visitarnos. Y sí, los males parecen similares en toda sociedad latinoamericana...