Obregón plantea llevar cultura a las comunidades por su entusiasmo demostrado (ej: el teatro y libros venden en comunidades). Yo creo en eso. Pero esa excusa no viene al caso cuando se trata de rebajar el presupuesto del Ministerio de Cultura, o aún peor cuando ahora Alicia Fournier propone, con el aval del Ministerio, una rebaja a los premios nacionales (más información aquí)
El tema de fondo es que hablamos de migajas. Evelyn Ugalde ha dado datos sobre el presupuesto, patético, de la Dirección de Cultura. No es cosa de empleados, ni de comunidades, el tema es proyecto de país. El presupuesto de cultura es miserable (0,56%) y así no se puede hacer cultura, simple. Entonces se inventan recortes: premios nacionales, sin pensar mejor en el tema y sin consultar a los creadores sobre, ya mencionadas en el amplio debate que hemos hecho en FB, las soluciones que tenemos para el tema. Se requiere cambiar los premios, pero no es la propuesta que los creadores visualizamos, lo dijo bien Uriel. Recortar a los premios, como a cualquier otra actividad, es recortar la cultura.
Lo que el gremio cultural, en general, requiere, CON URGENCIA AHORA O NUNCA, es reclamar un presupuesto digno con el gobierno. Obregón trata de sobrellevar el ministerio, pero con recortes y migajas del país hacia la cultura, eso no es posible. No es necesario neurosis al respecto, es necesario poner las manos en el fuego y entender, de una vez por todas, que la cultura no puede ser más cenicienta, la literatura tampoco.
Obregón nos prometió ampliar PROARTES para literatos y artes plásticas, pero me pregunto ¿y ahora de dónde sacarán la plata para hacerlo entonces?
Por último: los premios no son premios en realidad, sobre todo los literarios, en realidad son un aporte a la creación literaria. Cada escritor merece un premio nacional (su aporte económico) por cada libro que publica. Dedica horas profesional inconfesables y recibe migajas de su comercialización, cuando gana el premio nacional apenas recibe algo de su trabajo. Pero, ¿todos los demás? Chupan dedo, aspirando al menos currículum y algo de ego. Más que premios nacionales, en resumen, necesitamos PROARTES LITERARIO, con cantidades decentes para realizar nuestros proyectos literarios.
Y en el tema de premios nacionales, solamente una reforma inteligente y que sea producto del concurso de todos. La actual es solo una ocurrencia sin sentido e ilógica.
4 comentarios:
Viejo de acuerdo con vos, sin embargo creo quer la enfermedad de los premios también va por otro lado, por eso me hace gracia escuchar a A. Obando defendiendólos cuando es el primero en decir que son una argolla de jurados miópes que no saben nada de cultura o literatura, situación que también argumenta Chase. entonces ¿Queremos defender unos premios que son una mierda? creo que de primera entrada si, porque peor sería perderlos, sin embargo considero más importante aún retomar el significado del premio, cuál es su contenido. Y la idea de PROARTES literario me parece sumamente interesante, aunque no tengo muy claro el mecanismo mediante el cual se pueda valorar cuál proyecto es más merecedor, a ver si arrojás luz al respecto. Saludos
Fallas, el tema de los premios nacionales, como lo dije en el artículo, es que necesitan una reforma, pero una reforma en otras direcciones y en la que se tome en cuenta el parecer de los creadores. La conformación de los jurados, por ejemplo, debe variar. Muchos premios incluso pueden y deben ser democráticos, que los lectores registrados y por medio electrónicos voten. Incluso podría ser como con los Premios Óscar, en que la "Academia" (inscritos en una base registral de votantes para premios nacionales) decida a qué libros se les otorga el premio. Con unos 100 o 200 votantes al final será cosa de mérito, no necesariamente de lobby.
Por otra parte, lo del PROARTES literario nace de un pleito que hemos dado para ampliar esta idea a las artes plásticas y literarias, que han sido vedadas del proyecto original, que solo admite escénicas. Obregón prometió a principios de este año que en el 2011 ampliaría PROARTES, pero luego aclaró que lo estudiarían para analizar opciones: una de ellas hacer un nuevo PROARTES que incluya las artes excluidas en el actual. La pregunta ahora es cómo se logrará eso con un presupuesto tan reducido. Funcionaría igual que el anterior, en el que no ha habido gran pleito por los otorgados cada año. Muchos grupos escénicos se han beneficiado de esta iniciativa y cada año hay nuevos o incluso algunos que repiten.
Hay soluciones, el tema es escuchar a quienes las tienen y hacerlos partícipes.
Gracias, esas me parecen muy buenas opciones. Saludos
El día que el Estado tutele y financie la creación artística será el fin del arte y yo jamás volvería a escribir...
Y todavía me pregunto, ¿del famoso 0.56% qué porcentaje se gasta en burocracia?
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