martes, 1 de febrero de 2011

La más carnavalesca hoguera de vanidades: los premios nacionales

El tema de los Premios Nacionales es la más carnavalesca hoguera de vanidades que haya visto. Sé que tengo harta a mucha gente con el tema de marras y que muchos prefieren verlos de lejos y "no darles importancia", pero esta vez quiero ironizar un poco sobre el asunto.

Tres semanas, quizás un mes, antes de su anuncio toda la gente ligada al medio en literatura ya sabían el resultado de los tres premios Aquileo Echeverría que más dan de qué hablar en el gremio: novela, cuento y poesía. Un buen amigo me contó sin yo pedirlo, le prometí no decirlo y no lo dije, otro ya sabía pero no quiso decirme, un tercero simplemente me los chorrió sin reserva alguna, y un cuarto me dijo que le daba pena que el poemario de un poeta "x" no hubiera ganado. Eso sucedió entre la primera y segunda semana previa al anuncio en el CENAC.

Unos días después un conocido escritor, amigo de otro escritor que quería saber, me llamó; curiosamente, porque nunca me llama, para preguntarme si yo sabía algo: le dije que sabía pero que no lo podía decir, y no lo dije. Luego en una mesa cafetera, el otro escritor que quería saber y uno de los que sería a la postre ganador, me dijo que le importaba poco el premio, pero que anhelaba el contenido económico. Otros días después, el conocido mutuo me confirmó que eso lo decía porque en realidad ya sabía que él era ganador. La razón: él y otro buen amigo de la misma generación son muy amigos de uno de las jurados, hasta se criaron juntos. Como decía Dorelia Barahona hace unos días: en algo se gradúan los premios todos los años: en falta de transparencia.

La conclusión es notoria: todos hablan mal de los premios, pero a todos les apetecen por igual. Y no importa qué haya dicho usted antes sobre ellos, si se lo dan lo recibirá gustoso, excepto que sea Pilar Cisneros y se pueda dar el lujo de rechazar el Pío Víquez. También están los que han hablado tanto y tan mal de los consabidos premios, que cuando les toque -si eso pasa- callarán penosamente, o tendrán algún "criterio" novedoso para aceptarlo.

Además, resulta que para este año premiaron en cada categoría (cuento, novela y poesía) a dos libros, mientras el año pasado los declararon desiertos. Haciendo un cálculo sencillo, podremos ver que alguien, uno de los tres jurados -posiblemente- quería imponer DOS ganadores, en lugar de uno que suele ser, dicen las lenguas sueltas, la manera tradicional en que se dividen los géneros estos jurados: el jurado uno el de poesía, el dos el de cuento y el tres el de novela. Asunto resuelto y fácil, sin necesidad de deliberar ni defender consideraciones o argumentos; todo bien cocinado. Pero ¿qué pasa si una jurado o un jurado quiere premiar dos en diferentes géneros? Entonces lo hacemos parejo y listo: el jurado uno premia cuento y novela (los que quería premiar), el jurado dos premia uno de poesía y otro de cuento, y el tres los que faltan: otro de poesía y otro de novela. No puedo afirmar que así haya sido esta vez, pero ¿no le parece lógico después de esta coincidencia? ¿De un año que solo un libro valía la pena al siguiente cuando tenemos 6 libros? Saque sus conclusiones usted, yo no puedo afirmar nada, solo sospechar.

El vacilón no termina ahí. Si revisamos la encuesta de CulturaCR.NET notaremos que incluso hay una mayoría sostenida que cree que los premios deben quedarse como están. Habráse visto semejante descaro. Los PN necesitan ser reformados, de eso no nos queda duda, el problema es que quienes acometieron la tarea (la Dirección de Cultura y el Ministro Obregón) no tienen claro el norte que llevan (o lo tienen extraviado) y lamentablemente no se han tomado el tiempo de leer, analizar y articular las propuestas de la gente que sabe, que están en la red por todo lado, en lugar de convocar a reuniones en las que la gente no habla con la misma soltura y amplitud. Ellos insisten en su proyecto inicial, tan descabellado como Óscar Arias de torero improvisado, jugando "fútbol vaquilla" para ganarse unos billetitos.

Don Manuel Obregón, por ejemplo, me dijo que incluso piensan (especulan) con financiar a los jurados, en lugar de los premios, para que viajen por las comunidades y puedan ver la amplitud de obras concursantes. Me imagino, viéndolo así, que el jurado de literatura irá a las casas de los autores a conversar con ellos en lugar de leer sus obras... Le dije a don Manuel algo que no hemos visto con claridad: la dotación económica de un premio paradójicamente NO ES UN PREMIO, en la realidad es el pago por las cientos de horas de trabajo que ocupa un escritor para llegar a construir un buen libro (excepto que sea Camilo Rodríguez por supuesto). Y la suerte de ese pago le toca a uno (o dos como en este caso) de varias decenas de títulos presentados a la Dirección de Cultura. Por supuesto, si hablamos de teatro quizás la propuesta sea válida. Que se le pague al jurado, claro, también, una dotación por su trabajo, como corresponde.

No obstante, el sistema de jurados debe ser reformado radicalmente, no darles más poder y dinero para andar gastando, sino crear un sistema de elección de obras diferente, que incorpore avances tecnológicos (que no son caros), democracia participativa real, donde los lectores puedan opinar y votar, y muchas entidades ligadas a los medios (literatura, danza, teatro, música, etc.) tengan una verdadera participación.

En estos momentos, por ejemplo, el MAGÓN lo deciden 3 personas ligadas a la literatura (ECR, Asociación de Autores y Academia Costarricense de la Lengua) contra 2 de otros lados (MCJ y CONARE); por eso no es de extrañar que la mayoría de los MAGON hayan sido escritores en su historia. El MAGON incluso debe pagarse muchísimo mejor de lo que es ahora: 4 o 5 millones es una miseria para la labor cultural de toda una vida. Ese premio debería tener unos 20 mil dólares, al menos.

En la conferencia de anuncio le propuse a Obregón por qué no buscar cómo financiarlos, antes que ir por la salida fácil: reducirlos para no pagarlos. Él contestó, pero es claro que sin claridad y sin hechos concretos.

Entonces dejémonos de tonterías, todos queremos un premio nacional, todos queremos ese dinero y queremos ser reconocidos por nuestro esfuerzo, o al menos que se nos pague dignamente. Por eso decir que los premios son solo un estímulo y que lo económico no tiene importancia es falso. También lo contrario es falso, como dice el premiado.

Los Premios Nacionales deben ser financiados, reformados por supuesto (jurados, sistema, especificidad de cada área, etc.), y sobre todo mejorados, no destruidos. Deben ser financiados no con lo que hay, sino con más. Embajadas, otras entidades estatales como las editoriales en los de literatura, los museos, galería y teatros en los de teatro y artes, empresa privada, entre otros, están llamados a financiar este valioso esfuerzo. Un país que no estimula y premia el esfuerzo mazoquista del creador de arte y cultura, es un país sádico.

Incluso es preciso adecuar nombres de algunos premios, ¿por qué llamar "Aquileo Echeverría" al de Artes Plásticas si podemos llamarlo, qué sé yo, Felo García? ¿Por qué no dividir el de artes plásticas en pintura, escultura y arte contemporáneo, por ejemplo? Es decir, ampliémoslos. Y ante todo, busquemos los mecanismos necesarios para que esos premios sean dados por mérito. Incluso sancionemos o penalicemos a quienes los abusen.

Obregón dijo "El país le da a la cultura menos de lo que recibe de ella". Diay, pero ¿ahora el país le dará aún menos? Eso no tiene sentido.

jueves, 13 de enero de 2011

El niño sabe llorar desde que nace, el adulto lo imita

Cuando nacemos ya sabemos llorar y hasta reír, cuando nos convertimos en adultos tratamos de imitarlos, aunque no lo hacemos nada bien.

¿Por qué el adulto quiere ser niño, el niño quiere ser adulto, el padre quiere ser niño y nadie quiere ser padre? Misterios de la inconformidad natural de los humanos.

Los divorcios se dispararon hace rato, pero yo diría que fueron ellos (más bien) quienes dispararon a las mujeres y hombres. En un mundo individualista, pareciera que no hay sociedad que valga, pero los niños nunca se enteraron.

martes, 4 de enero de 2011

El ateo tiene su propia encrucijada

Cuando la persona se hace atea quizás lo primero que pierde es el temor de Dios, pero lo recupera con el temor hacia los seres humanas en sociedad, porque el miedo es parte de la condición humana, le es inherente al humano, y es materia prima de miles de textos literarios.

El miedo hacia los seres humanos se refleja en su inmediata aversión a las organizaciones sociales que rigen la Humanidad. El ateo, por definición, se hace más crítico e irreverente, su propuesta es decididamente contestataria y no permite la estupidez, o la flaqueza, en ninguna situación en la que se le permita opinar o participar con libertad. Por supuesto que para efectos prácticos, en el trabajo y en las formas de sobrevivencia, el ateo será casi un ángel, buena persona, simpático, comprensivo y hasta defensor de los valores más importantes que defiende la religiosidad a la que pertenece.

No quiero ni por asomo pretender que todas las personas críticas e irreverentes sean ateos o viceversa. Tampoco asumo que los religiosos estén ausentes de criticidad y una visión desprovista de un miedo hacia lo metafísico. A veces me pregunto hasta dónde puede ser cierto que muchos religiosos en realidad son los ateos más inteligentes, pero menos honestos, que existen: usan la religión para su beneficio personal. También hay religiosos cargados de fe, que creen convencidamente en su apostolado, en los valores que prodiga, quizás hay más de esos; los que se ubican en las esferas bajas de la jerarquía religiosa, en cualquier secta o religión.

El otro día veía unos videos en Youtube sobre la Cienciología en los que se logra meter infiltrada una periodista y logra captar asuntos de esta secta no solo inmorales, indecentes y sorprendentes, sino que se acercan a lo ilegal; dependiendo del país. Este grupo no dista mucho de las demás religiones, con las excepciones particulares que corresponden, la diferencia fundamental es que en lugar de un ser metafísico estos señores crean una jerarquía económica basada en una supuesta superioridad de la ciencia como eje de vida, pero termina siendo una farsa como muchas otras que creen en un Dios sobrenatural. Desde los pentecostales (los más descarados negociantes de la fe) hasta los cienciólogos (negociantes de la fe en la ciencia), hallamos toda una estructura mercadológica que, como lo hace la publicidad normalmente, pretende vender productos, vender soluciones a la vida; al final de la historia una solución al miedo que nos acompaña siempre, miedo que no es más que la incertidumbre de la muerte y de las preguntas ontológicas más significativas que nunca se podrá contestar la Humanidad.

Las religiones comercian con ello. Sin embargo, el ateo, en su búsqueda de respuestas más allá del engaño o de la realidad social como se plantea, busca más respuestas por sí mismo. El ateo es en esencia individualista, como nuestra sociedad misma en la actualidad. El capitalismo individualista, el liberalismo en exceso, de alguna manera, conduce al desarrollo de personalidades ateas (no solo por no creer en Dios, sino por no creer en la sociedad y sus valores fundamentales de convivencia, como la religión) que tratan de aislarse de los grupos; porque los grupos tienen muchas amenazas, muchos de esos miedos que el ateo sostendrá siempre: sus miedos hacia los otros, que sea como sea, son reales, tangibles y presentes en la misma dimesión, nivel y linealidad que ellas mismas. El ateo es libre en amplitud, pretende ser absolutamente libre, sin excepciones y es comprensible.

Pero el ateo, como quizás todo en este mundo, en esta vida y en esta sociedad, está metido en una espiral que siempre regresa al mismo lugar: la muerte, el miedo y el fin. El ateo la acepta como se acepta algo inexplicable, quizás como acepta que el Universo tal como lo conocemos quizás alguna vez surgió de una gran explosión (La teoría del big bag de Hawkings). El ateo pierde toda esperanza en un más allá, al menos no como lo concibe la religiosidad actual. ¿Vive mejor al ateo, más intensamente, si parte del principio de que no hay más allá y se ocupa mientras tanto de disfrutar cada momento? No lo creo, también el ateo se alimenta de dudas, y siempre vive con la curiosidad; con esa pregunta que reincide: ¿habrá un Dios, un ser superior que creó todo?

Quizás lo que quiero decir es que ser ateo no es una solución, ni mejora ni empeora nuestra situación como humanos en un mundo sin respuestas, donde nosotros mismos los humanos jugamos a vender las soluciones a esas preguntas. La Cienciología, como toda religión que base su crecimiento en el comercio -La ética protestante de Max Weber-, no es más que una estafa, un comercio solapado que utiliza la fe para persuadir, mercadear bienes y servicios, y así engañar a los compradores con elíxires que nadie puede comprobar. Negocio redondo.

Un lugar común de la literatura es decir que necesitamos algo en qué creer. Quizás sea cierto, yo abogo para mí mismo por las ideas y valores que rigen mi vida, pero mi mejor consejo es que lo más honesto que podemos hacer -e inteligente tal vez- es creer en pensamientos y actos que no alimenten los bolsillos de otros, que no hagan crecer a los astutos que viven de la ignorancia, el desconocimiento y la estupidez de mucha gente; pero que viven además del miedo de los demás. No tenga miedo, porque con él siempre perderá, sin él al menos tendrá una oportunidad.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Los libros simplemente NO son caros

Cuando trabajaba en la Editorial Costa Rica los libros valían desde ¢500,oo y hasta unos ¢2.500,oo, hablamos de hace unos 5 años. Hoy, el libro promedio (sin lujos ni ilustraciones, ni materiales caros) anda entre 5 y 7 mil colones, tanto de la Editorial Costa Rica como de Uruk Editores o cualquier otra editorial tica. Entonces muchos han dicho que los libros son ahora más caros, pero no es cierto, la verdad es que antes eran excesivamente baratos. Les explico.

Para elaborar un libro intervienen muchas personas, que empieza con muchísimas horas del escritor que crea la obra. Un escritor podría invertir más horas en un libro, que las que nosotros usamos en vestirnos (y desvestirnos) durante 10 años; es decir, es difícil decirlo con exactitud; pero sí queda claro que son muchísimas. Muchos libros además requieren muchísimas obras de investigación, lectura y pensamiento. Solamente los best sellers o los grandes escritores con grandes ventas reciben el verdadero pago por el trabajo que realizan, los demás solamente aspiran en el mejor de los casos a poder publicar y, con ello, darse a conocer, o bien cubrir los costos materiales de la impresión de un libro (en el caso de quienes se autopublican). Esto requiere ser aclarado por aparte.

El libro solamente es un negocio para su autor en cantidades masivas, en otras palabras: cuando tienen un mercado cautivo, superfluo o comercializado como si fueran galletas (autoayuda, con títulos comerciales, ilustrados, útiles, etc.). Por esa razón los escritores de poesía o narrativa (literatura en general) pocas veces ganan por sus libros, a no ser que le toque una editorial del Estado que le dé -a veces- sus derechos de autor y que los pague bien como la Editorial Costa Rica (cerca del 30% hace unos 5 años). Pero sus derechos de autor dependen de la cantidad de libros vendidos: con suerte unos 200 en 5 años, porque curiosamente las editoriales estatales tienen notables limitaciones legales y deficiencias administrativas para comercializar con éxito sus libros. Las ferias vinieron a paliar un poco ese problema.

Saldado el tema del autor, a quien en realidad seamos francos pero no se le paga su trabajo, sigue la editorial. En Costa Rica, al menos, hay dos tipos: la estatal y la privada, ambas pequeñas. La primera es subsidiada por el Estado, la segunda vive por sus propios medios. La primera tiene un sistema de publicación con una comisión editorial, que es parte de un Consejo Directivo nombrado por instituciones estatales: universidades y ministerios. Normalmente quienes deciden la publicación de libro son profesores de las universidades y ligados a la academia del país. La segunda es unicelular, su dueño e inversionista principal decide a quién publica, cuando el costo lo asume la editorial, pero además estas editoriales venden el servicio de publicación al autor. En algunos sellos privados se publican entre amigos, normalmente escritores con un mensaje irreverente que no ha tenido eco en la academia.

La editorial en seriedad media gasta en: diagramación, ficha catalográfica (algunas), edición y corrección de pruebas, impresión de hojas internas y de portada, entre otras cosas materiales. Si hacemos un cálculo aproximado eso puede costar unos ¢2500,oo por ejemplar, para un tiraje de unos 200 0 300 en total. Puede ser menos y puede ser más dependiendo qué quiera usted eliminar o incluir, el tipo de papel a usar, el tipo de impresión de portada, si paga la diagramación o la ficha catalográfica, etc. Además hay que incluir todos los gastos operativos de la editorial: recibos, alquiler de un local, mantenimiento de equipos, administración, contador, personal y sus gastos sociales, proveedores en general, derechos de autor, gastos en las presentaciones de los libros (vinito y bocadillos, por ejemplo), entre otras cosas que siempre se olvidan.

Así visto, un libro puede ascender a un costo de hasta ¢5000,oo. ¿Y la ganancia? Depende entonces del precio final del libro. Digamos que la editorial le pone un 30% de ganancia, unos ¢2000,oo de más. Multiplique eso por 200 ejemplares: ¢400.000,oo. ¿Y cuánto se dura vendiendo esa cantidad de libros? ¿Lo ve usted rentable de verdad, un buen negocio? Yo no lo creo honestamente.

En el caso de las editorial públicas es más fácil, solo es necesario agregarle que ellos lo hacen administrativamente más lento, pero más legal, y claro: todos esos libros (en un buen porcentaje) los pagamos los costarricenses (que no tiene nada de malo: es la mejor inversión que hacemos en el presente y el futuro del país). Gracias a Diosa (como dice mi amiga Leny alegando que el Creador es femenino) también tenemos esta oportunidad, a pesar (o por dicha) de que los cánones los establecen unos pocos académicos que normalmente se reparten entre ellos los puestos directivos y editoriales en la ECR (donde ya hay unos dinosaurios que llevan más de una década de representar a las universidades y ministerios), EUNA, EUCR, EITCR. "El que no tiene dinga tiene mandinga", dice mi abuelo. Sin subsidio, sencillamente ninguna de estas editoriales podría existir.

Pero ahora vamos al otro lado de la tortilla. ¿Cuántas cervezas se compra usted con ¢5.000,oo? Digamos que en un bar, al precio actual, unas 4 quizás. Sume los gastos de transporte: el taxi o la gasolina para llegar al bar, así como la comida cuando azote el hambre después de esas 4 cervezas. Ya llegamos, baratito, a los ¢10.000,oo. Con una salida de una noche usted pudo comprarse al menos 2 libros, pero con suerte hasta 3, si encuentra unos de esos libros viejos pero buenos, ojalá en una feria librera.

¿Cuánto vale un plato promedio en cualquier restaurante? Digamos que ¢3.000,oo, barato en una sodita. Pero además, ¿cuánto vale un combo en un restaurante de comidas rápidas? Cerca de ¢5.000,oo ¿cierto?

Entonces, como vemos, comparativamente, el precio del libro no es caro, porque si pensamos mejor, ¿cuánto nos dura un libro y cuánto crecimiento personal e intelectual nos puede dar ese libro? Hasta nos queda para, después de leerlo, compartirlo con amigos, familiares o en otros espacios. Y si queremos hasta nos podemos hacer nuestra propia biblioteca persona en casa, atesorando los libros como joyas preciosas que nos van quedando de nuestro recorrido por las letras, placer este que no es posible -por ejemplo- con el libro electrónico, pagado o gratuito.

Si un libro tuviera el valor económico de lo que nos da en realidad, el autor al menos debería ganar el doble del costo material de ese libro. Pero debemos estar a gusto con ellos, porque en realidad la gran mayoría de los autores nos regalan su trabajo, aunque no sea justo, al menos sí nos podría dejar claro que el libro no solo NO es caro, sino que es además un obsequio que nos hacen todos los días.

Por supuesto, hablo de los libros nacionales, las transnacionales manejan otros criterios y mecanismos. Ellas venden más libros, en más países, a precios además más altos. Y no me diga que lo nacional es peor, no vaya usted a juzgar como unos amigos por ahí que hablan mal de una obra sin siquiera haber leído el prólogo. Y si usted quiere saber cuáles libros ticos son buenos para leer, pues ya tenemos Internet, muchos lugares para leer recomendaciones y hasta para comprar por la web. Lo demás son excusas.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Un repaso del movimiento cultural en el 2010: el Ministerio de Cultura y literatura (I PARTE)

Todos los años en diciembre, en un esfuerzo por mantener la memoria cultural y de alguna manera forzar una rendición de cuentas a quienes se ligan al arte, la literatura y la cultura, realizo un recuento o repaso por lo que considero lo más importante del año.

El año pasado lo hice en dos entregas, pero creo que en esta oportunidad serán tres; no porque haya crecido el quehacer cultural, sino porque CulturaCR.NET ha crecido y es este medio en el que me baso para el recuento.

Habrá algunas cosas que olvide como es natural, otras que yo no considere tan relevantes y otros sí, o viceversa, pero sí es significativo que hagamos, usted y yo, un repaso para ver qué anda mal, más o menos o bien, para mejorar en lo que viene, y seguir el camino.

El recuento se publica en CulturaCR.NET, por eso los refiero a continuación a la nota, con sus respectivos enlaces a noticias y demás.

PARTE I: El Ministerio de Cultura discurre y la literatura es saludable pero carga pasado

PARTE II: Pendiente.

Los comentarios allá con Facebook o gmail, o acá en el blog. Pero comentemos, que es preciso conversar de cultura para hacerla crecer entre todos.

jueves, 9 de diciembre de 2010

5 años jugando a la cultura

Cuando era niño jugábamos casita, a la pulpería, a los choferes, a la escondida, más grande los juegos -nos dijeron- deben dejarse atrás y empezar a no jugar y asumir la adultez, a ser maduros y afrontar responsabilidades. Es la lógica elemental de la enseñanza tradicional, de acuerdo con los roles dados de generación en generación, a los seres humanos; a las mujeres y a los hombres por aparte.

Una vez, cuando me sentí solo y aislado por mí mismo de aquel mundo de funciones que no me atraían, decidí entonces jugar al bibliotecario y empecé mi primera biblioteca personal. Me apasioné por los libros, me entregué al arte y la literatura, aluciné con todas las formas de expresión cultural que fui conociendo, y hasta este momento nunca dejé de jugar; aunque me repliquen y me repliquen, aunque mi madre nunca pueda verme de otra manera (como ella hubiera deseado), aunque mis parejas se desilusionen porque piensan que ser culto es sinónimo de ser rico.

Desde hace 37 años, cuando nací, estoy jugando a la cultura, pero fue hace 5 años, cuando me decidí -paradójicamente en un pésimo momento de mi vida- a crear un medio de promoción y difusión del arte y la cultura. Y entonces empecé a jugar en serio.

No obstante, recientemente había pasado por 3 años como promotor cultural de la Editorial Costa Rica donde, insistiré hasta siempre, fui echado por la mediocridad de algunos que se asustaron ante el buen trabajo. Salí triste porque, desde mis primeras andanzas en los libros, me enamoré de la labor de la Editorial Costa Rica y fueron de ella los primeros libros que leí.

CulturaCR.NET nació hace 5 años, y desde el principio nació con dos criterios o columnas: diversidad e independencia. Al principio fue marcadamente literaria, pero luego empezó a tener contacto con las otras manifestaciones como las artes plásticas (que con la literatura han sido históricamente discriminadas en el aporte estatal, la cobertura de prensa y preferencia de las masas), para pasar a la danza, el teatro, el folclore, las artes visuales, escénicas y todas aquellas que completan el panorama cultural.

Empezó como una revista cultural, pero pronto (unos dos años después) ya estaba haciendo noticias culturales y se convertía en un medio más actualizado y dinámico, que iba incluyendo videos, fotografías, galería de artes plásticas, coberturas de eventos, reportajes y entrevistas a personajes de la cultura. Recuerdo que la división clásica que tuve durante años fue de revista, noticias y galería de arte; luego fui incluyendo otras secciones como videos, entrevistas, directorio de sitios culturales, encuestas y versos de la semana.

Hoy CulturaCR.NET (que originalmente fue .com) es más un noticiario cultural, de actualización diaria de noticias, que además tiene secciones específicas estilo revista. En la portada y en lo más reciente de la columna derecha hay una lista de lo último en el acontecer cultural de Costa Rica. En esa misma columna ponemos videos de importancia cultural normalmente y anunciantes que nos apoyan. En la columna de la izquierda están los íconos con enlace a las secciones de la revista: crítica literaria, crítica de teatro de Wílliam Venegas, videos, música costarricense (donde se puede escuchar música tica e hispanoamericana), series especiales como la de "Un lente costarricense enfocando al mundo"(fotoreportajes) de Michelle J. Wong y la de "Señales de humo" (entrevista a poetas hispanoamericanos) por David Cruz, así como sección de encuestas, galería virtual de arte, directorio de salas de teatro costarricense, entrevistas de cultura y nuestro más reciente proyecto: la Librería Virtual Macondo, donde ofrecemos en venta los más actuales y recomendados libros nacionales.

Para hacer una historia de este proyecto ocuparía más páginas de las que me presta un blog, pero recuerdo con gratitud algunos éxitos: Kiloarte con la artista Sila Chanto; los talleres literarios que tienen más de 4 años de funcionamiento; los 6 Culturazos que llevamos realizados, eventos que hacemos en "El lobo estepario"; el volumen 1 de "Las palabras en la encrucijada" edición antológica de la obra de los participantes del taller de Escritura Creativa; las causas justas que hemos enfrentado con altos costos; algunas apariciones del proyecto en otros medios; pero sobre todo el éxito de contar con lectores siempre, el estímulo diario para continuar.

En Costa Rica hay una inmensa oferta de productos artísticos, literarios y culturales pero una notable y creciente falta de demanda de ellos. CulturaCR nace con la idea de colaborar en la adecuada difusión y promoción de esa gran oferta cultural, sobre todo en su diversidad, sin filtros o criterios estatales, comerciales, estéticos o personales, sino más bien criterios de diversidad, oportunidad y posibilidad.

Hemos sobrevivido por algunas colaboraciones, quizás deba decir: he sobrevivido, porque he perseverado, porque hay gente aún en el país que aprecia y colabora con estos proyectos culturales. Donaciones valiosas de esas personas, talleres y auspicios me permiten mantener en pie el proyecto, que no pocas veces ha estado al borde del precipicio. La primera vez fue cuando perdí el dominio "culturacr.com" por descuido, luego cuando no pude pagar el hospedaje y estuve como dos semanas sin poder actualizar, una mala alianza con Navegalo.com puso al sitio de nuevo en el panorama, pero fue jackeado con un virus y tuve que desligarlo de la plataforma de ese sitio. Desde ese entonces, en otro servidor, nunca más hubo problemas. La tercera vez fue a mediados de este año, cuando nos desilusionamos al ver que otros recibían millones por ser políticamente correctos, y nosotros seguíamos muy mal. Pero eso reforzó el criterio de seguir trabajando como una alternativa independiente, como una necesidad en el medio, que no sea complaciente con lo malo y se haga de la vista gorda a cambio de contratos millonarios. Son los valores que escogimos y seguiremos.

En esta realidad actual nos encontramos ahora, jugando aún, y me refiero a jugando en un solo sentido: en esa posibilidad que tenemos los seres humanos para volver a sentir esa emoción de niños cuando hacíamos algo; esa emoción de hacer lo que se ama, lo que nos permite decir que estamos vivos, aunque sin un peso en la bolsa. Quizás para los niños que somos el dinero nunca será importante.

Cinco años después del inicio de CulturaCR, hoy puedo sentirme exhausto y satisfecho, esperando quizás un empujón para otros cinco años más.

CulturaCR apenas empieza, tengo tantos proyectos en mente, tantas ideas, que no puedo más que pensar que apenas estoy en lo mejor de la infancia.

El pasado miércoles 8 de diciembre celebramos estos 5 años en El lobo estepario, en una fiesta a lleno total, donde pudimos recordar y celebrar qué hacemos y por qué estamos aquí jugando a la cultura: porque queremos hacer y vivir lo que nos hace felices.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La mierda que discurre por la ciudad de San José

Es un hombre, un ser humano, pero cuando viene de frente todos cruzan la calle y se descomponen ante el hedor de su mierda. Deja una estela de hasta una cuadra de una peste para la cual él ya está inmune. El excremento se le sale por la cintura del pantalón, se desparrama por su trasero y él camina como si nada pasara.

Este otro también es un hombre. Está tirado entre la malla que da al Hospital San Juan de Dios y la acera donde pasan todos, incluidas mujeres embarazadas, niños y adultos mayores. Un chorro de diarrea "circula" por los canales que deja el deterioro en la acera, el pantalón parece de modo: tiene una mancha amarilla en el trasero y se le cae desde su cintura; le rendija muestra el camino de la podredumbre humana.

Este es negrito, pero no tanto como sus pies, entonces un gargajo marca Diablo es expulsado como una afrenta hacia el caño, el verdoso se mezcla con los pedazos de garganta que se desprenden después del crack, o de las bacterias, qué sé yo. A la parada de los buses de Tibás llegan en cantidad, se sientan en la fila y la gente debe esquivarlos, soportar los malos olores, la contaminación, el desagrado y hasta unos discursos asombrosos: la sobrevivencia los convierte en unos oradores muy persuasivos y hasta convincentes. Logran sus monedas de 100 al rato: con 500 tendrán una dosis de piedra a unos metros de ahí.

Al ver al segundo en el Hospital San Juan de Dios, el día de hoy, me acerco a un par de policías de la fuerza pública que van caminando y pasan junto a él, sin mutarse, y les pregunto:

- ¿Ustedes no denuncian eso al Ministerio de Salud o hacen algo?
- ¿Para qué? De por sí no hacen nada.
- ¿Pero ustedes informan a las autoridades para evitar la contaminación?
- Sí, pero no hacen nada.
- ¿No hay forma de que el Ministerio o ustedes hagan algo?
- Informamos, pero no hacen nada.
- Y entonces, ¿qué pasa con ellos?
- Diay, a veces unos compañeros se los llevan a la cárcel y les meten manguera...

A los 50 metros dos policías municipales miran e ignoran también.

Quizás usted piense, otra vez este escritor hablando de las cosas negativas del Mundo. Y es cierto, esta vez, pero quisiera hablar de otras cosas. Quisiera decir que andaba por San José y andaba en una ciudad limpia y llena de alegría, pero no es así. Noviembre es especialmente cargado y tedioso, empiezan a llegar cientos de mendigos, son humanos, pero viven como desechos de aguas negras. La ciudad es mejor ahora, tiene mejores áreas para la recreación, para la vista, para caminar, pero se debe hacer algo realmente efectivo por estas personas que ya no tienen nariz, ni conciencia, y no sé si el alma...