miércoles, 25 de noviembre de 2009

Me prohibieron llorar para hacerme cobarde

Me prohibieron llorar

Me prohibieron llorar
para hacerme cobarde,
los asesinos disparan para huir
y matan porque son pendejos,
les queda corto el corazón en la mano
y prefieren morir porque no tienen valor.

A los hombres nos dieron el puño
para encender la rabia,
nos armaron sin pedirlo
incluso antes de ser espermatozoides
en unos testículos que se arrogaban muy fuertes
cuando solo eram débiles adoquines de vidrio.

Dominados por el músculo
que se quedó sin cerebro ni piel
sin venas que atender.

Nos impidieron el duelo
nos sesgaron el miedo detrás del miedo
y nos cortaron el pelo hasta las ideas
justo en la curvatura del odio.

Nos hicieron hombres a punta
de penes grandes que no sabían de erección
ni de celo, ni del tacto,
ni de para qué sirven en verdad los labios.
Nos limpiaron la tierra
de las manos,
para llenarla de pólvora contra ellas.

Me prohibieron la piel
para enseñarme a engañar
me permitieron el puño
para engañarme yo mismo.

Nos hicieron hombres, bravíos, masculinos,
eso quisieron,
pero engendraron monstruos
de mentirillas, cobardes, violentos,
que solo sabían pegar porque
no tenían agallas.

2 comentarios:

Cristián Marcelo dijo...

UN HERMOSO Y VIOLENTO POEMA, ME RECUERDA LO MEJOR DE cATULO.

Anónimo dijo...

Hermosas palabras. Hermoso poema.