El Premio
Joaquín García Monge a la promoción cultural, en esencia, fue creado para
incentivar aquellos esfuerzos de una persona en ese sentido, es decir, para
estimular esfuerzos en la divulgación de los valores culturales costarricenses.
García Monge así lo hizo con la literatura desde la maravillosa vitrina de su
Repertorio Americano, una revista latinoamericana progresista para su época;
con mucho esfuerzo, con pocos recursos y con el deseo de dar a conocer a los
talentos de las artes literarias y visuales. En esencia este no es un premio
meramente periodístico.
La ley de Premios Nacionales
(creada en 1961) dice que este reconocimiento se dará "a quien haya realizado, dentro del país o fuera de
él, una labor de divulgación y promoción de los valores
culturales costarricenses, por medio de la prensa, la radio o la
televisión, o bien una labor educativa en cualquiera de esos medios dentro del
país".
Este año un jurado formado por los periodistas Lorna Chacón, Rocío
Álvarez y Boris Ramírez decidió darle el premio para el 2012 al programa
"Informe 11 las historias", situación que varias personas han
considerado desacertado por varias razones. Me uno a esa reflexión y expongo a
continuación las inconsistencias del caso:
1) Aún cuando en años anteriores algunos jurados decidieron darlo a
entidades, la ley dice que el premio
debe darse "a quien" no dice "a quienES". Sin embargo,
premiar entidades o programas últimamente se ha vuelto usual: Canal 15, Radio
Universitaria (con ella se inicia la moda desde 1992), programa Café Palace,
programa de producción audiovisual de la UNED y ahora Informe 11. En esencia,
no molesta que un programa o entidad que promueve y da a conocer la cultura sea
premiado, pero en este último caso hay otras inconsistencias:
2) El García Monge es un premio para
quienes divulguen la cultura como actividad principal, no como rebote, es
también parte de su esencia. Premiar un programa que se encuentra por rebote a
la cultura en busca del raiting popular,
que se centra en lo chabacano y que no tiene cuidado ni investigación de los
significados culturales, es premiar a una cultura de lo pueril, de lo mediático
y de lo fácil, más que una cultura de la reflexión, del análisis y, muy
importante, del ideal para el verdadero desarrollo social y cultural de un
país. No rechazo, en lo absoluto, el folclor y lo popular, pero considerar
cultura solamente a lo folclórico es considerar a la cultura un valor agregado
del turismo para anglosajones. Un ejemplo de lo dicho con respecto a
"Informe 11 las historias" fue la "cobertura" del
"Juego de los Diablitos" en Rey Curré; ahí estuvimos y
vimos al personaje conocido como "El Galán" haciendo uso de lo más
burdo del entendimiento popular sobre nuestras tradiciones culturales
indígenas: su apreciación de los diablitos fue de unos seres malos y cargados
de esa aura de temor, aún cuando la tradición más bien quiere dar a conocer que
son los diablitos (paganos contra los españoles de la conquista genocida)
quienes deberían ser vistos como los buenos y quienes al final logran
sobrevivir y triunfar ante el toro. Pero ahora gracias a "Informe 11 Las
Historias" la gente entiende que los diablitos indígenas son los malos,
reproducción del prejuicio arraigado en nuestra cultura xenofóbica. ¿Investigaron un poquito
antes de irse para allá, entendían de qué se trataba esta tradición, REALMENTE
les importaba dar a conocer la cultura o la cultura es el útil para el raiting?
Y eso
sucedió solo una semana después de anunciado el premio de marras. Indignante.
3) En la línea de lo anterior y reforzando el criterio de que un programa como este reduce la cultura a
lo simplón y trivial, agregamos lo que sigue. En esta misma línea, hago eco del comentario de Soren Vargas sobre
el hecho de que el actor (Galán) hace su trabajo: “le toca dar la cara por empresas de
comunicación que banalizan la profundidad cultural para convertirla en otra
hamburguesa”. Y agrego este comentario del periodista cultural Eduardo
Muñoz, quien opina que para este programa premiado “el acervo cultural es algo
accesorio, pintoresco, curioso, inactual o folclórico, pero nunca dimensionado
en el contexto en el que ocurre, como si lo hacemos los periodistas y promotores
culturales. No critico que haya ese tipo de programa, lo que critico es que lo
pongamos al mismo nivel de un Alfonso Chase, Carlos Morales, Dionisio Cabal y
el Semanario Universidad, para mencionar algunos que si lo merecieron de verdad”. Por eso mismo, el argumento de Boris Ramírez, jurado, de que “Hoy día, los efectos virales de la masificación; los esfuerzos de la industria del consumo por crear íconos desde la mercancía y la debilidad en el apoyo a una política pública vigorosa, son factores que amenazan las manifestaciones culturales diversas de la identidad nacional” y que por eso se lo dan a Informe 11, es sencillamente tan incomprensible como incoherente. Asimismo, como cierre estamos claros de que este programa “es un claro ejemplo
como la producción televisiva en un afán de no polemizar, sino solo de
entretener, ignora intencionalmente el contexto, y reduce la nota sobre un acto
creativo a la ´señora que se la juega pintando´, o ´al doncito que es un gato
haciendo esculturas´, o ´la viejita cocinera”, como bien afirma Muñoz. Por
eso tampoco es de recibo cuando Ramírez dice que "Informe 11 es un oasis en medio de la banalización que vemos en
la televisión. Su formato televisivo refleja una importante capacidad de
producción (que) aprovecha un espacio estético pleno de vínculos y
significaciones sociales”, criterios que me siguen pareciendo
incomprensibles.
4) El García Monge NO es un
premio para valorar la calidad de la producción televisiva o audiovisual, o la
propuesta periodística de un medio; es más bien para hacer feliz a un
verdadero interesado en la cultura y que realiza esfuerzos por llevarla a
muchos espacios, que la gente la conozca y la conozca adecuadamente. En este
sentido, sobran a la vista ejemplos de galardonados anteriores: audiovisuales
de la UNED, Evelyn Ugalde, Canal 15, Aurelia Dobles, Patricio Primus, Osvaldo Valerín,
Manuel Delgado, entre otros. Como usted podrá apreciar en los argumentos del jurado y
según lo que escribe el mismo Boris Ramírez, el formato televisivo
es el componente central desde el cual se valora el supuesto aporte del programa.
Es comprensible si nos damos por enterados que los decisores este año fueron 3
periodistas, uno del MCJ, otro del Colegio de Periodistas (Colper) y una
tercera de la UNA (quien de paso no firmó el acto por ausencia ¿voluntaria?).
Para premiar el esfuerzo del periodismo está el “Premio Pío Víquez” que da el
MCJ, que también tiene un representante del Colper en el jurado. También está
el conocido “Premio Vargas Gené” que emite el mismo Colper también. Incluso los
alicaídos “Premios Áncora de La Nación” tienen una categoría de producción
televisiva, en la que curiosa y acertadamente
ganó, sí, Informe 11 las historias. Asimismo, si lo que se quería era
premiar la difusión del folclor y la tradición costarricense entonces para eso
existe en el mismo MCJ el “Premio de Cultura Popular Tradicional”, no el García
Monge. La esencia del García Monge no es la de un premio al periodismo, es un premio a la cultura en primer lugar.
4) Los premios del Ministerio de Cultura fueron creados para estimular la cultura –así como la ciencia, pero no
viene al caso- aportando un incentivo
económico a proyectos relevantes para la difusión de la cultura, con ese
espíritu fueron creados y así fueron entregados durante décadas. La razón
principal de ser de ese estímulo es que fuera económico, por eso la Ley lo dota
de 8 salarios base de un profesional 3 del Estado (que ronda los 8 millones de
colones). Premiar un programa con capital transnacional y amplios recursos para
su trabajo –buscar el rating- es como darle un premio económico del gobierno a
Carlos Slim –el mayor millonario del Mundo- por su “valioso aporte” a las
telecomunicaciones. Aquí, nuevamente, el
García Monge pierde su esencia original y malogra fondos estatales –a no
ser que el programa donara el premio a algún proyecto cultural realmente
importante, y menciono el ejemplo del Proyecto Jirondai y su magnífico trabajo
para la difusión del canto, la música y tradición cultural indígena, tanto
dentro como fuera del país (como lo pide la misma Ley).
5) Asimismo, es importante decir que también es una pena que no se premie e incentive el esfuerzo que realizan los
medios alternativos de comunicación, que sin recursos y en condiciones de
pobreza –por no decir miseria en algunos casos- realizan un trabajo muy
importante por amor a la cultura. También es importante considerar en el
futuro al Movimiento de la Cultura Viva Comunitaria, que lleva cultura a
comunidades mediante programas importantes como las peñas culturales.
5) Por último, el dar un premio cultural a un programa que “solamente se interesa por las historias positivas”
reafirma esa visión explotada a nivel gubernamental del “país más feliz del mundo”, que le
resta realidad y le quita –como ya dijo Muñoz- criticidad y veracidad a la cultura. La cultura es diversa,
amplia, contradictoria, buena y mala, norte y sur, ecléctica, independiente y
pasión también.
¿Qué no estoy de acuerdo por razones personales porque yo esperaba
ganarlo, que mi razón tiene que ver con que rechazo a los medios masivos
transnacionales? Eso sería reducir todos estos argumentos a lo personal y creo
que no viene al caso, estas razones se sostienen por sí mismas.
Con todo el respeto que me merecen profesionales como Boris Ramírez y
Lorna Chacón –quien ostenta ahora el cargo de Jefa del Despacho del Ministro de
Cultura-, pero creo que este año, en palabras de “Hablando claro” –el programa
de Vilma Ibarra y Boris Ramírez- habrá que aplicarles “la cajita blanca encharolada”
a los jurados, con este desacierto cultural. De hecho, esta la primera vez en la
que muestro desacuerdo con el otorgamiento de este premio.
1 comentario:
Es correcto Eduardo. En cuanto a la reforma, que más bien es la aprobación de una nueva Ley de Premios Nacionales, en estos momentos precisamente está en Comisión en la Asamblea Legislativa. Aquí un reportaje al respecto:
http://www.culturacr.net/13/02/Varios-premios-desaparecen-y-otros-surgen-con-nueva-Ley-de-Premios-Nacionales.html
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